Bienaventurados los que comprenden mi
extraño paso al caminar
y mis manos torpes.
Bienaventurados los que saben que mis oídos
tienen que esforzarse para comprender lo que oyen.
Bienaventurados los que comprenden que,
aunque mis ojos brillan,
mi mente es lenta.
Bienaventurados los que
con una sonrisa
en los labios me estimulan
a tratar
de hacer algo mejor
una vez más.
Bienaventurados los que nunca me recuerdan
que hice hoy dos veces la misma pregunta.
extraño paso al caminar
y mis manos torpes.
Bienaventurados los que saben que mis oídos
tienen que esforzarse para comprender lo que oyen.
Bienaventurados los que comprenden que,
aunque mis ojos brillan,
mi mente es lenta.
Bienaventurados los que
con una sonrisa
en los labios me estimulan
a tratar
de hacer algo mejor
una vez más.
Bienaventurados los que nunca me recuerdan
que hice hoy dos veces la misma pregunta.
Bienaventurados los que miran y no ven
la comida que dejo caer fuera del plato.
Bienaventurados lo que me escuchan,
pues yo también tengo
que decir.
Bienaventurados
los que saben
lo que siente mi corazón,
aunque no pueda expresarlo.
Bienaventurados los que me respetan
y me aman como soy,
tan sólo como soy,
y no como ellos
quisieran que yo fuera.
Dedicado a un ángel: Wanda Q.
No hay comentarios:
Publicar un comentario